Han aumentado los asesinatos en los últimos 6 meses de este nuevo Gobierno
20/01/2015Piden cesar veda de importación de armas
03/02/2015José estaba dormido plácidamente en los brazos de su mujer cuando de pronto y por instinto se despertó. Estando medio turulato escuchó un sonido extraño que provenía de la cocina. Antes de bajar las escaleras recordó que se le había olvidado pulsar los códigos de la alarma de su casa y tras sentirse en el inminente peligro de ser presa de un facineroso dentro de su hogar, llamó a la policía pero inmediatamente pensó que los oficiales tardarían en llegar, por lo que corrió a la cocina y agarró un pan flauta para usarlo como escopeta y defenderse de sus asaltantes.
¿Sabía usted que desde octubre del año 2010, el ex ministro José Raúl Mulino prohibió la importación de armas mediante una resolución que por cierto, no es un decreto ley?
¿Sabía usted que si quisiera obtener un arma nueva legalmente, con sus permisos y pruebas correspondientes no podrá hacerlo pues hay una veda de importación de armas en Panamá desde aquel entonces? Y aún si la adquiere usada, los permisos demoran muchos meses, incluso años en ser emitidos y sin justificación alguna para tal demora.
Carina llegó a la boutique donde es cliente desde hace más de una década. Al entrar saludó con un cálido abrazo a la colaboradora que siempre la atiende, al abrir sus ojos tras el abrazo y levantar la mirada dio cuenta que venían dos hombres inusuales en esa zona. Se sintió amenazada y desesperadamente buscó en su bolso su arma recién comprada legalmente pero en ese momento recordó que la había dejado en su auto porque afuera de ese Strip Mall leyó el letrero que indicaba que había sensores de armas en la entrada de cada negocio. Los ladrones armados entraron rápidamente a la boutique, asaltaron con armas de fuego, golpearon a quien se le resistió y como sabían que no había panic button para dar aviso inmediato a la Policía, salieron tranquilamente por la puerta y entraron al auto que los esperaba afuera. Todo ocurrió en cinco minutos.
Les invito a que vean la entrevista que le hiciera TVN al Sr. Luis Zegarro y al Sr. Jack Betesh el año pasado: VER AQUÍ
Es un hecho que ya no hay inventario de armas nuevas en Panamá, lo único en existencia son algunas pocas escopetas que le acomodan mejor a quienes practican el deporte de cacería o a granjeros para proteger sus latifundios.
Desde hace cinco años, el precio de un arma ha aumentado de $800.00 – $1200 dólares hasta llegar a $7000 o más, ya que la prohibición de importación de armas desató un alza significativa en el mercado de armas de segunda e incluso ha fomentado el surgimiento de un mercado negro.
Lo curioso es que quienes se dedican al lado oscuro de la tenencia de armas las consiguen ilegalmente con amplia facilidad, entran a los sitios que son para los ciudadanos correctos haciendo caso omiso de las advertencias que leyó Carina y atacan despiadadamente a gente como José.
Este tema me llevó a investigar sobre los conceptos teológicos-políticos en los tiempos de Santo Tomás de Aquino cuando se versaba sobre las guerras justas.
El norte de esta postura era que si el bien renunciaba ante la violencia, entonces sólo el mal estaba justificado para abrirse paso.
La mayoría de los portadores de armas que yo conozco son personas cuyo único propósito es desenfundar su revólver para protegerse a sí mismos, a su familia o para defender a otros en caso de ser extremadamente necesario pues saben que un disparo es más efectivo y rápido que llamar al 911 o al 104 para que nos Sirvan y Protejan.
Este es un tema controversial, lo sé. Me ha significado un desbloqueo de mis propios tabúes pues consideraba que las armas son sumamente peligrosas por sí solas y que la tenencia de ellas en un hogar siempre puede ser el equivalente de una desgracia no intencionada. Luego entendí que un bolígrafo, un ladrillo y un auto no se disparan pero son armas letales en potencia. Comprendí que las armas por sí solas no matan, quienes matan somos nosotros mismos que convertimos cualquier cuchillo en un instrumento para lesionar o acabar con la vida de cualquiera.
Siendo esto así, sería inverosímil eliminar de tajo la importación de bolígrafos, ladrillos, autos y cuchillos. Lo óptimo es educar con pedagogía certera para que incluso nuestras palabras no hieran como armas.
Lamentablemente esta ideología pacifista ha demostrado no ser efectiva cuando estamos frente a una persona violenta y armada.
La defensa de La Vida es un derecho natural y humano, no depende de ninguna constitución, diputado o policía. Coincido con lo que dijo Justo Arosemena cuando se refirió al derecho de la gente decente de portar armas en tiempos de paz. Y hay más, el Estado nos empodera a los ciudadanos comunes y corrientes mediante el Artículo 21 de nuestra Constitución, a aprender a cualquier delincuente sorprendido in fraganti.
Si José hubiera tenido un arma en su casa en lugar de un pan flauta, seguramente hubiera preferido hablar con el fiscal que con San Pedro.
Es indiscutible que el desconocimiento de nuestros derechos nos vulnera ante las arbitrariedades de quienes nos pretenden ilusos. Lo difícil de este caso es que la gente decente con deseos de protegerse y/o defenderse todavía se mantiene subordinada por la nula voluntad de quienes manejan las leyes. Peor todavía, les coartan el derecho de salvaguardar sus vidas, las de sus familias y terceros o de practicar un deporte de los varios avalados por organizaciones internacionales, incluyendo el Comité Olímpico Internacional.
Se me apetece cínico el hecho que quienes se niegan a facilitarnos nuestro primer anillo de seguridad gocen de beneficios como escoltas y guardaespaldas pagados con nuestros impuestos.
Quienes se dedican al lado oscuro de La Vida tienen al delito como un empleo de tiempo completo. Dedican horas para estudiarnos, vigilarnos, desarrollan métodos, planes, estrategias y obtienen tecnología para vulnerarnos al menor descuido.
Sería propicio para la salud del la imagen del ministerio de Seguridad Pública que se abra un dossier de manejo público y muestre las estadísticas de los homicidios y crímenes que los portadores de armas legales han cometido. Estoy segura que la variable sería mínima versus el abrumador número de crímenes que se llevan a cabo bajo el paraguas de la ilegalidad.
No favorezco las guerras, la violencia ni tampoco sugiero fomentar el armamentismo. Ojalá viviéramos en un mundo donde nos entendamos a través del diálogo y el sentido común pero dolorosos hechos actuales como los ocurridos en Paris me hacen recapacitar sobre la tenencia de armas en situaciones de inseguridad, maldad, irracionalidad e intención de hacer daño.
En Francia hay leyes muy estrictas sobre tenencia de armas, sin embargo los terroristas pudieron armarse adecuadamente.
Salvo por el lamentable ataque terrorista del avión Alas en 1994, Panamá no registra constantes amenazas de esa magnitud, no obstante me resulta extremo saberme al acecho de malhechores e incapaz de defenderme.
En Panamá los presidiarios portan armas pero a la vez este país se perfila en contra de quienes quieren quitarle un peso de encima al Estado y ser más independientes para proteger su Vida. ¡Es curioso!
@bertatc
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- Imagen de ilustración tomada de jonhcastillo.blogspot.com